Estaba pensando en escribir un artículo sobre muchas de las falacias que acompañan a ciertas posturas intelectuales, típicamente asociadas a admiradores freudianos, lacanianos, derridianos y otros.

Sin embargo encontré algo que merece dársele mayor difusión: una serie de entradas sobre tales tópicos:

Sexo, lengua, estudios de género y otras imposturas:

Feminismo de género (1/3)
Estupideces (2/3)
Sexismo oral (3/3)

En la primera parte (feminismo de género) destaca el desenmascaramiento del autor más citado por quienes pregonan que el género es absolutamente una construcción social. El fraude de John Money es bastante conocido pero nunca está demás decirlo de nueva cuenta.

En la segunda parte (estupideces) hay muy buenos ejemplos de las peroratas y sin sentidos de Lacan y, por supuesto, Irigaray. ¿Quieres un ejemplo de ignorancia supina? «La ecuación E = mc² es sexuada» Sí, estupideces  como ésta son la referencia obligada de intelectuales nihilistas, que ofrecen en las aulas universitarias conocimiento que parece serio ¿Cómo puede ser serio, académico, digno, científico, algo que está respaldado por semejante estupidez?

En el post en cuestión, también aparece el excelente ejemplo de Sokal. Sokal puso al descubierto que bastaba con escribir un montón de sinsentidos y barbaridades, negar la existencia de la realidad y poner en duda la veracidad del número π sería suficiente para ser publicado en una de las principales revistas del género. Claro, esto acompañado de una defensa ardiente de Lacan, Irigaray y similares.

Esto es interesante pues es frecuente que quienes asumen estas posturas sus argumentos están basados en la admiración de deidades intelectuales que en datos (de hecho su desprecio por los datos quizá refleje su incapacidad para usarlos)

En este sentido, merece también destacarse el papel de la pseudociencia en los estudios de género. No podían faltar las «matemáticas» (sí, entrecomillado) de Lacan.

Por último, en la tercera parte (Sexismo oral), se muestran evidencia de cómo la tendencia de las arrobas para sustituir el uso de masculinos genérico no parecen contribuir en nada. En el supuesto que el género masculino en lenguaje desapareciera la representación de la mujer destaca lo siguiente: «Habría que recordar a estas falsas feministas que grandísimas escritoras, artistas, científicas o políticas han gozado de una relativamente corpórea existencia a pesar del masculino genérico. Algunas, como en el caso de las escritoras, han existido incluso usando, con gran maestría, el masculino genérico en sus obras.»

En fin, tres entradas bien escritas que valen la pena leerse. Así que esperemos que esta entrada aumente el flujo de lectores hacia estos textos de digna mención.