Psyblog nos cuenta cómo mejorar la memoria, a partir de datos científicos… y gratuitamente 😉

1. Escribe sobre tus problemas
Las tareas complejas (en realidad todas) requieren de una buena dosis de memoria de trabajo. Una memoria de trabajo más eficiente contribuye a un mejor aprendizaje, planificación, razonamiento, etc.

La escritura expresiva puede aumentar indirectamente la memoria de trabajo. De acuerdo a un estudio, escribir 20 minutos al día sobre alguna experiencia traumática, mejora la memoria de trabajo después de cinco semanas.

2. Observa la naturaleza
Un estudio muestra que personas que caminaron por una zona arbolada tuvieron un 20% de mejor rendimiento en la memoria que aquellos que caminaron por calles transitadas (más detalle sobre esto aquí)

Es más, sólo ver imágenes de la naturaleza mejoran la memoria aunque el efecto es menos significativo.

3. Decir palabras en voz alta
¿Haz visto que cuando las personas tratan de memorizar algo con esfuerzo lo dicen en voz alta? Sin saberlo, están haciendo lo correcto. Un estudio encontró que personas que al memorizar palabras las dijeron en voz alta, obtuvieron un rendimiento superior en 10% contra las que no lo hicieron.

4. Meditar (un poco)
Un estudio reciente mostró que los participantes que meditaban durante 4 sesiones de 20 minutos, una vez al día, mejoraron su memoria de trabajo y otras funciones cognitivas.

5. Predice tu rendimiento.
Tratar de predecir que tan bien harás algo mejora la memoria prospectiva (la capacidad de recordar algo que te propones para un futuro). En un estudio, las personas que hicieron predicciones sobre su rendimiento mejorar notablemente su memoria e incluso hubieron quienes alcanzaron hasta un 50% de mejora en comparación con un grupo control (Más detalle aquí).

6. Usa tu cuerpo para codificar memorias o recuerdos
En un estudio sobre aprendizaje de un segundo idioma se observó que las personas que usaron gestos para memorizar verbos, recordaron mejor tales verbos que quienes no lo hicieron

7. Usa tu cuerpo para recordar
La memoria es dependiente del estado. En este sentido, los psicólogos han encontrado que recordamos episodios pasados ​​mejor cuando estamos en el mismo estado de ánimo o nuestro cuerpo se encuentra en la misma posición. Incluso parece ser que los recuerdos positivos son mejor evocados con los ojos hacia arriba, mientras que los tristes se recuerdan mejor viendo hacia abajo.