Melissa Dahl, en Today Health, sugiere a partir de ciertos estudios de la Psicología que guardar en secreto los propósitos de año nuevo contribuirá más al éxito que si se anda parloteando con tales propósitos.

Una de las causas, es que el reforzador llega sólo por decir los propósitos. Es decir, el hecho de andar presumiendo que se hará cierto esfuerzo lleva consigo una palmadita en la espalda. Lo que se premia es el decirlo; no el hacerlo. Si bien, Dahl no lo plantea en términos de reforzamiento, el planteamiento es el mismo. Dahl recurre a lo que los psicólogos llaman «realidad social»: Las recompensas sociales que engañan al cerebro para que piense que se ha hecho algo cuando en realidad sólo se tiene la intención de hacerlo.

Un experimento de Wollitzer, realizado en 2009, demuestra lo anterior. Wollitzer y sus colegas preguntaron a 63 estudiantes psicología de Reino Unido y Alemania si tenían la intención de estudiar vídeos de sesiones de terapia para ser mejores psicólogos clínicos. A la mitad del grupo se les reconoció notablemente su intención, mientras que a la otra mitad no se les reconoció. Cuando los estudiantes finalmente vieron el vídeo, aquellos que no fueron reconocidos vieron más tiempo la grabación que aquellos a los cuales se les reconocieron sus intenciones.

Así que si estás pensando en esa fabulosa dieta, en la ida al gimnasio, ahora sí leer y estudiar, no andes parloteando y gritándolo a los cuatro vientos. Será mejor si te lo callas.

Fuente: Today Health.